J. NARANJO / LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
La Provincia
"En la Casa África echamos en falta mecanismos para articular la participación de la sociedad civil de Canarias y de los africanos que viven aquí". Con estas palabras, que resumen el malestar de una treintena de organizaciones sociales y centenares de personas a título individual por la deriva que está teniendo la recién inaugurada Casa África, se expresaba ayer la profesora universitaria Lourdes Urbaneja en el Club Prensa Canaria durante el debate ¿Qué Casa de África?.En este sentido, el también profesor y miembro de Attac-Canarias, Francisco Morote, aclaraba ayer que "no nos oponemos a la Casa África porque sí, simplemente condicionamos nuestro apoyo a si van a cumplir los objetivos marcados de cooperación y conocimiento mutuo o si, por el contrario, este organismo se va a convertir en un envoltorio para los negocios en África. Ya está bien de safaris". Los participantes en el debate coincidieron en afirmar que no estaban de acuerdo con que se estuviera poniendo el acento de este nuevo organismo en su área comercial y económica, en detrimento de la cultural y de cooperación. "No nos negamos a que haya inversiones en África, pero tendremos que estar vigilantes para ver qué tipo de inversiones", manifestó José Villalba, miembro de ACEG y CGT y experto en África. Villalba hizo hincapié en que las empresas occidentales están sobre todo interesadas en la construcción de infraestructuras como puertos, aeropuertos y oleoductos (es decir, desarrollo hacia el exterior), pero no en sacar a buena parte del continente de la miseria en que viven.Finalmente, Teodore Bondyale, miembro del Foro Canario para la Inmigración, alertó en su disertación sobre el uso interesado del lenguaje referente a África y puso como ejemplo cuando se dice subsahariano para referirse a los negros o provincias del Sur con respecto al antiguo Sahara Occidental.
