domingo, 29 de abril de 2007

Estado actual de la globalización. Algunos apuntes para el debate / I

José Villalba Pérez
- Crisis de los organismos que han pilotado la globalización neoliberal (FMI y BM) como síntoma de la crisis del sistema nacido en Breton Woods, que empezó en los años 70 y que fue el detonante del proyecto globalizador que es enterrado en las Azores. La globalización financiera y la ofensiva neoliberal a su servicio, continua pero el marco político en el que se desarrolla varía sustancialmente tras el fracaso del Golpe de Estado Global que se consuma en esta Cumbre. Frente al estancamiento de la OMC y la derrota de proyectos como el ALCA, la ofensiva neoliberal se centra en el interior de las grandes áreas regionales y en el establecimiento de múltiples acuerdos bilaterales entre los distintos actores globales: de los acuerdos multilaterales hemos pasado a acuerdos regionales y/o bilaterales de libre comercio.
- Crisis del dólar, amenazado tanto por la debilidad de la economía de EEUU como por el surgimiento de otras “economías” con aspiraciones globales o regionales que está configurando un nuevo mapa, de la misma manera que las monedas nacionales contribuyeron a configurar el mapa europeo en el nacimiento del capitalismo.
El nacimiento del Euro supone el principio del fin de la hegemonía del dólar y con ello de la hegemonía del mundo anglosajón (Wall Street / City de Londres) en el proceso de globalización neoliberal, y así lo entiende la fracción “nacionalista” [complejo militar-industrial, petroleros, sectores agrícolas y financieros] del capitalismo estadounidense que aúpa al poder al proyecto neocom en un intento de mantener esta hegemonía mediante el poder militar y el control directo de los recursos energéticos. Tras la Cumbre de las Azores, no sólo se desata la nueva carrera armamentística nuclear, también se relanzan proyectos de nuevas unidades monetarias regionales. Así en marzo de 2007, nace la Unidad de Cuenta Asiática (ACU) de la mano de la ASEAN +3 (China, Japón y Corea del Sur) con la perspectiva de crear un “euro asiático”. En América Latina y África surgen voces llamando a la creación de sus respectivas divisas continentales.
- El fin del mundo unipolar cuya acta de defunción se levanta en las Azores, acelera procesos ya latentes como la aparición del llamado BRIC (Brasil, Rusia, India y China) que ya habían hecho fracasar la Cumbre de la OMC de Cancún (2003) articulado primero como G3 (Brasil-India-Sudáfrica) y después como G20.
Este paso de un mundo unipolar a un mundo multipolar implica necesariamente un nuevo reparto del mundo y de sus recursos. Se realiza sobre el mapa congelado -por la aparición de la URSS (1917-1991)- donde había quedado la última globalización del capitalismo occidental. Se repiten los escenarios (Balcanes, reparto de África, Gran Juego en Asia Central y Caucaso, remodelación de Oriente Medio, etc.) pero con la diferencia de que ya el capitalismo es realmente un sistema global único que ha subordinado en todas las formaciones sociales todos los modos de producción preexistentes e integrándolas en un mercado único. El capitalismo ha dejado de ser cosa de occidentales.
- Europa vuelve a ser campo de batalla de dos proyectos de dominio global, la “vieja y la nueva Europa”, proyectos que dividen no sólo a los estados que la conforman sino que, en mayor o menor medida, divide internamente a cada uno de ellos. Esta fractura bascula sobre “la construcción de una Europa con voz propia“ o la integración en el actual Eje Anglosajón mediante la conformación de una gran Área de Libre Comercio Atlántica, o lo que es lo mismo entre un Euro autónomo y un Euro dolarizado o, también, entre una fuerza militar autónoma y una fuerza militar otanizada. La UE se debate entre una mirada atlántica y una mirada euroasiática.