lunes, 21 de mayo de 2007

Entre cayucos e inversiones

Iolanda Fresnillo
La imagen de las pateras y cayucos llegando a las costas canarias y andaluzas se suceden desde hace demasiado tiempo. La mal-llamada “crisis de los cayucos” ha llenado páginas de diarios y minutos de radios y televisión, sobre todo desde la primavera y verano de 2006, con la llegada, dicen que masiva, de inmigrantes provenientes de África Sur-Sahariana a las Islas Canarias. Ante la alerta mediática, el gobierno español respondió con el Plan África, un plan de acción de 3 años que permita “establecer un nuevo marco, más profundo y global, de relaciones con África Subsahariana, que permita a España estar a la altura de los importantes retos y oportunidades que plantea el continente”. El Plan África incluye una serie de medidas heterogéneas y dispersas con las que el gobierno español quiere afrontar los retos políticos, de seguridad, culturales, económicos, ambientales, migratorios y de desarrollo del África Sur-Sahariana. Este Plan ha sido ampliamente criticado por diferentes sectores de la sociedad española, que ven en él una simple continuación de los principios que han guiado las relaciones entre España y el continente Africano las últimas décadas: el servilismo hacia a los intereses económicos y de estabilidad social del Estado español.
Con este artículo queremos abordar una de las causas del fenómeno migratorio desde el África Sur-sahariana en Europa, como es el proceso de sobre-endeudamiento de los países africanos, y analizar hasta qué punto el Plan África hace frente a las causas de los problemas que dice afrontar.