lunes, 22 de enero de 2007

VERDE QUE TE QUIERO VERDE

Ya está todo en marcha. Con la firma del convenio por el que se constituye la Casa de África, El ministro Miguel Ángel Moratinos ha dado el pistoletazo de salida político a un proyecto que viene fraguándose desde hace años con el apoyo de los medios de comunicación. Canarias, catapulta de todos los grupos de presión con intereses económicos en África. La inmigración, como coartada para la seguridad y la militarización de la región. La cooperación al desarrollo, como cobertura ideológica (ayudar al desarrollo de África) y avanzadilla e infraestructura para capitales estadounidenses, chinos, europeos y algunas empresas canarias. La orientación más general, el neoliberalismo que tanta ruina ha llevado a los africanos. El ministro dice que Canarias debe convertirse en la plataforma de la cooperación al desarrollo con África. Adán Martín se presenta a sí mismo como pionero de esa política solidaria. Pero la perspectiva real, muy lejos de la lucha contra la pobreza, consiste en convertir a las Islas "en centro logístico de las transnacionales que controlarán los 80.000 millones de dólares que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) destinarán el continente africano en los próximos años" (del artículo "Bienvenido mister Marshall", de José Villalba Pérez). ¿Hace falta recordar lo que ha supuesto para el continente vecino las políticas del Banco Mundial y del FMI? El encargado de esta operación se llama Juan Verde, nació entre nosotros y ejerce aquí como representante de la Cámara de Comercio estadounidense. Casi todos los medios de comunicación le están ofreciendo la cobertura propagandística que requiere.El interés de los gringos por África tiene que ver con sus necesidades de petróleo, gas y de otras riquezas buenas, bonitas y baratas, pero además quieren un lugar seguro desde donde operar. Canarias, por ejemplo. Hay más interesados. China ocupa el tercer lugar como socio comercial del continente africano, después de Estados Unidos y Francia. También los chinos encontraron a su intermediario insular, el ex presidente Olarte. Naturalmente, Verde y Olarte defiende intereses distintos. Otros grupos de presión, como el marroquí, trabajan a través de Mauricio y Suárez Gil y en colaboración con capitales estadounidenses. Los europeos tiran directamente de los gobiernos español y canario para obtener un lugar bajo el sol. de Canarias.Cuenta el gobierno de Adán Martín que la cooperación al desarrollo con África marcha viento en popa. Destinará durante 2007 el 0.3% del PIB a proyectos solidarios. Amplía su área de acción de Marruecos (¿Sáhara incluido?), Mauritania, Senegal y Cabo Verde hasta Mali, Gambia y Guinea Bissau. Largo brazo el suyo. Y, ¡atención!, el número de empresas isleñas por aquellos lares pasará del casi centenar actual a unas trescientas a corto plazo. Falta conocer en qué dirección se orientarán los fondos que vendrán de Bruselas, de Madrid y del Gobierno canario.¿Solidaridad o estímulos a las compañías, listas para el expolio de aquellos países y de sus habitantes? ¿Complemento adecuado (avanzadilla quizás) de las inversiones privadas? Las empresas privadas responden a su naturaleza. Poco o nada que ver con la cooperación al desarrollo y la solidaridad. Alguna excepción habrá, desde luego, pero lo que decidirá la perspectiva no son los discursos enternecedores de Moratinos y de Adán Martín, sino los tentadores (para algunos) 80.000 millones de Juan Verde, del Banco Mundial y de la Cámara de Comercio gringa. ¿Vamos, dicen algunos, a gestionar desde Canarias una parte de esa pasta? Y empiezan a frotarse las manos con las migajas, como cualquier intermediario burgués bien situado que se precie.
Rafael Morales
rafaelmorales@canariasahora.com

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