lunes, 14 de mayo de 2007

PROPUESTA MANIFIESTO -B-

¿Qué Casa de África?
Algunas organizaciones sociales canarias llevan años trabajando para establecer lazos de solidaridad con África, basados en un esfuerzo para alcanzar el conocimiento mutuo, el respeto, la cooperación al desarrollo, el intercambio cultural, formativo e informativo, alejados de cualquier actitud neocolonial o paternalista. Casa África, por fin inaugurada hoy, puede constituirse en el epicentro canario para avanzar hacia el desarrollo de los objetivos señalados, pero también pudiera suceder lo contrario: que su orientación gire en torno a la misma política que arruina a nuestros vecinos, provocando entre otros males el fenómeno migratorio. Nos referimos a esa forma de capitalismo salvaje que se ha dado en llamar neoliberalismo. Se trataría de manejar Casa África como rampa de lanzamiento destinada a la internacionalización africana del capital (europeo, estadounidense, español y canario), en colaboración con algunas autoridades africanas, dándole una apariencia de cooperación al desarrollo a esta forma de rapiña para así obtener cierto consenso social.
Un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores, publicado el 23 de junio de 2006, decía lo siguiente: "La Casa África nace con la finalidad de dar una respuesta solidaria española a los problemas de África y potenciar las relaciones hispano-africanas en momentos especialmente difíciles, pero también con la vocación de constituirse en un foro global para intensificar el conocimiento y el aprecio mutuos entre las respectivas sociedades civiles." Sin embargo, el único convenio de calado firmado hasta ahora por Casa África ha sido con la Cámara de Comercio de Las Palmas. Su presidente lo definió así: "Casa África se compromete a promocionar aquellos servicios de la Cámara que puedan ser de interés general para las empresas vinculadas o interesadas en establecer relaciones económicas (...). Tenemos especial interés en colaborar en las actuaciones de carácter económico y empresarial que pueda desarrollar Casa África".
Nada que ver con una política de cooperación al desarrollo. No vale usar esta institución recién nacida para justificar un proyecto que obedece a intereses privados muy alejados de la solidaridad y la lucha contra la pobreza. En la práctica, significa otorgarle protagonismo como actor de la cooperación a la patronal. Se confirma para Casa África la orientación del Plan Director (2001-2004) de la época de Aznar, que tenía una orientación claramente comercial y apelaba a la "racionalidad económica". Si las empresas quieren invertir, allá ellas, pero no a costa de unos fondos escasos y una Casa África que al parecer pretenden poner al servicio de los planes empresariales y cubrir los riesgos que tales inversiones puedan representar. Si el gobierno canario quiere internacionalizar la economía, allá él, pero que no subordine Casa África, ni directa ni indirectamente, al desarrollo de tales planes. Casa África puede terminar en una nueva frustración para africanos y canarios si se inscribe como parte del expolio internacional de nuestros vecinos en lugar de tomar la senda de la solidaridad que tanto necesitamos. Quien pretenda conciliar estos dos caminos, el de la solidaridad y el de los negocios privados, simplemente se pondrá al servicio del dinero que sangrará a los africanos. En definitiva, Casa África tiene que ser la Casa de los Africanos, generosa y abierta a todo lo que no llegue del continente vecino, de nuestro continente. No hay enjuague posible.

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